Trayecto: Setúbal - Lisboa - Cheganças
Distancia recorrida: 88 km
Tiempo circulando: 6:29 horas
Velocidad media: 12 km/h
Tiempo: Sol y si, agosto...
A las siete en punto mi cuerpo como un reloj me despertó, me fui al baño a asearme y empecé a preparar las cosas para salir con la llegada de Fernando, que venía de trabajar en el horario nocturno, muy cansado.
Me dio de comer un poco de jamón y queso en pan y de beber un poco de leche y ya con todo preparado de vuelta al ascensor; pero esta vez para bajar. Luego con todo preparado nos despedirnos hasta la próxima y con varias indicaciones empecé a batallar con los coches de la ciudad de Setúbal hasta que ya hube salido.
Con ese fresco de la mañana empecé a pedalear subiendo por la montaña que había entre Saltillo, y todo para llegar, pasando por caminos varios de arena y petróleo, hasta donde cogería el ferry en Seixal, que me llevaría directo al núcleo de Lisboa cruzando el río y siendo la única forma de cruzarlo sin el peligro y la prohibición de la autopista que cruza ese río por un puente largo, como en Estados Unidos.
Una vez llegué a Lisboa hice un poco de turismo con la bici, sacando fotografías, mientras hacía malabarismos con mi bici entre las piernas y mi cámara en las manos. Paseé por unas plazas enormes hasta llegar a una gigantesca, con un caballero en el centro, que miraba al mar y la otra paseando entre calles y más calles viendo como el turismo se lo comía todo, incluyéndome a mí.
Con el agobio típico de la ciudad y el calor que hacía y habiendo visto una buena parte del casco antiguo, me puse a pedalear hacia la zona moderna, situada al norte de la ciudad, justo a donde me dirigía para salir de Lisboa. Esa zona moderna era el resultado de la expo que se hizo años atrás y comprendía una área muy extensa de la ciudad, con el oceanográfico, al estilo Valencia y parques con edificios construidos con la arquitectura de Calatrava ya continué el viaje despidiéndome, medio agobiado y sin ganas de quedarme, empecé a pedalear parándome a comer un bocadillo de jamón con tomate espectacular y después, buscando un lugar donde dormir, ya salí 30 kilómetros, pasando por Vilafranca de Xira y Carregado.
De ahí empecé a buscar un lugar donde acampar. Al final vi un camino en subida y ahí una explanada grande llena de matorrales en las que podía estar escondido. Sin pensármelo instalé mi silla de tela y encendí una pequeña hoguera para cocinar unos espaguetis con crema de chamoiñibed, muy, muy rico.
Me metí con fresco de la noche en la tienda y con un poco de estribaciones en el suelo de forma irregular empecé a escribir y acabé durmiendo...
Etiqueta: La vuelta al mundo
08 / 08 / 16