Trayecto: Chefchaouen - Castillejos (Fnidq)
Distancia recorrida: 98 km
Tiempo circulando: 6:17 horas
Velocidad media: 16 km/h
Tiempo: Nubes
Despertando más temprano de lo que me apetecía dormir me puse a organizar mis cosas y sobre todo a recoger la bicicleta despidiéndome del hostal, extra barato, donde había pasado las últimas dos noches.
De ahí busqué a mi primo Xavi y a Cris al hostal y anduvimos juntos saliendo de la medina hasta un restaurante para tomar el desayuno del que, de nuevo, Xavi tendría la amabilidad de invitarme. Dejando la bici en la acera, con el cielo encapotado, intentamos sentarnos en la mesa que se asentaba en la acera ingeniándonoslas absurdamente para que cupiéramos los tres. Una vez ahí el desayuno variado de siempre y qué mejor para empezar una ruta bajando y subiendo alguna montaña por Tetuán.
Huevo, aceitunas, mortadela, queso y aceite de oliva con pan y té para, entristecido pero no demasiado, decirnos adiós, y digo: ni demasiado, ya que en breve sentía que nos volveríamos a ver en Barcelona, así que podía decir que era un adiós con hola o mejor dicho un hasta lueguito.
Con esas energías del desayuno y unos buenos abrazos subiendo cuestas duras, como principio de ruta, ya me alejé de Xavi y Chefchaouen bajando a principios y subiendo después, entre lagos y presas que iba fotografiando a modo de adiós a Marruecos.
Con esas bajadas y subidas y con una última comida en el Atlas a base de pan con mortadela y queso, preparado por unos señores muy amables, que hasta me dieron agua y refrescos para continuar la marcha, ya llegué a Tetuán y de Tetuán, pasando la gran ciudad, hasta volver a ver de nuevo y mucho tiempo después, mi mar Mediterráneo. El mar que me vio nacer y que me vio dar los primeros aleteos y buceo. Un mar algo apagado por culpa del día gris que había durante todo el día.
Seguí pedaleando, ya pegado al mar Mediterráneo, hasta Castillejos, una ciudad fronteriza, ya que se encuentra pegada a la Ceuta y turística para estas fechas de verano en la que todo el mundo en Marruecos quería un poco de playa.
Mi idea era buscar un lugar donde dormir en esta ciudad, ya que en Ceuta todo sería más caro, con lo que empecé a preguntar. Aquí la hospitalidad era difícil y peligrosa ya que estos lugares, con tanto tráfico entre frontera y frontera, son de lo peor con lo que me recomendaron un hostal llamado Tánger al final de la calle de la Nacional.
Allí me atendió Mohamed, un chico muy amable español de Ceuta que al ver mi situación me dejó una habitación por tan sólo 3 euros. Un chollo que agradecía inmensamente y que siempre le tendría en consideración en estas páginas en el día del adiós y del hola.
Etiqueta: La vuelta al mundo
31 / 07 / 16