Tiempo: Sol y nubes
Un domingo de parque y misa!!! Con muchas ganas de salir a dar una vuelta por otra zona salimos todos con el coche hasta el parque de l'Infant que estaba cerca del famoso Oratorio San José del Mont-Royal. Este es el Santuario más grande e importante del mundo dedicado a San José y es también un lugar de peregrinaje de renombre mundial asociado al hermano Andrés, su fundador.
La naturaleza, la música, las artes y la historia hacen del Oratorio San José una de las principales atracciones turísticas de Montreal. La arquitectura distintiva del edificio y, sobre todo, su domo imponente, conjugado con su colocación en el flanco de la montaña, le confiere al Oratorio San José una notable presencia física y simbólica para Montreal.
Aunque antes de la misa fuimos al parque, que estaba justo al lado, en el que los niños se pudieron desmadrar, a veces demasiado, jugando sin parar y es que se lo pasaron en grande. Había multitud de actividades para ellos, desde una bola que salía agua, hasta una pequeña zona de escalada. Se lo pasaban tan bien que al final Ángel, Ruth y yo acabamos separados controlando a unos cuantos indistintamente ya que la zona era enorme.
Para comer Nazareth, castigada por olvidarse las cervezas, preparó a cada uno un sándwich de jamón y queso, muy bueno, aunque le faltaba un poco de esa receta mágica llamada amor ya que enojada con sus padres por el castigo se ponía con esa cara característica de mala uva en la que sobra orgullo y falta cabeza.
Como decía el sándwich estaba riquísimo y finalizado ese almuerzo seguimos jugando hasta la hora que empezaba la misa.
Llegamos al oratorio ya con la hora pasada, subimos hasta arriba del todo entre ascensores. El interior de la iglesia era increíble, enorme y de una forma rectangular. En el interior hay esculturas de gran calidad, vidrios de colores (que representan 10 escenas de la historia religiosa de Canadá) y otras obras de arte.
También en el interior hay un museo dedicado a Saint-André, en una exposición central con su corazón, que fue embalsamado.
De vuelta a casa aún esperaba una última sorpresa y es que me habían reservado un restaurante para cenar, después de una difícil decisión que acabó en un brasileño de carnes y además solos...
Llegamos al restaurante sobre las 20 y no pararon de servirnos comida y más comida hasta que dijimos basta. Buena calidad y cantidad.
Después de eso de vuelta a casa los niños, comandados por Nazaret, estaban viendo una película tan ricamente... y de ahí a dormir. No tardaron mucho para dejarnos solos mirando una peli.
Etiqueta: La vuelta al mundo
17 / 07 / 16