Tiempo: Nubes
Son las 6 la mañana y el cerro de la Silla se presenta majestuoso y sin nubes para ser conquistado y sentado como a la montura de caballo que dicen que se parece.
Con un buen desayuno preparado por Jesús a base de huevos, frijoles, entre otras cosas y un café, nos activamos para llegar al punto de encuentro con David y otros chicos en la entrada al parque del cerro.
Al llegar esperamos a David y nos comentó que se habían caído del trekking todos los demás con lo que ya estábamos los tres preparados y listos para esa pequeñita aventura de llegar hasta un antiguo teleférico que se construyó ya hacía años en lo alto del cerro.
Todo un reto que se nos presentaba a Jesús, David y a mí con una subida bien empinada en la que llegar caminando, lento pero sin pausas, bueno... pausas hubieron pero fue por mi culpa al pararme a sacar fotos y ¡qué remedio! si a cada vez que subíamos cien metros las vistas se hacían más bonitas y espectaculares.
Poco a poco con y sin pausas, con un poco de cansancio y buen sudor, subimos hasta el objetivo marcado contemplando las vistas más bonitas que tenía esa ciudad con un sol radiante y muchas sonrisas. Se podía decir que el cerro de la Silla ya estaba conquistado.
La Leyenda cuenta que el conquistador Alberto del Canto y sus acompañantes llegaron a estas tierras en el año 1577 y las llamaron "Valle de Extremadura", y al observar el enorme cerro, comentaron que su forma era similar a la de una silla de montar, es decir, una silla ecuestre.
Este cerro alcanza una altura de 1,805 metros sobre el nivel del mar y la forma más impactante de admirar su belleza es a la entrada suroeste de la ciudad, cuando se viene en bicicleta por el Saltillo viniendo de oeste a este, al alcanzar la entrada al área metropolitana (en el municipio de Santa Catarina), de frente se puede admirar este enorme cerro del que ahora habíamos subido...Y realmente es muy hermoso.
Ya de bajada y sin problemas en absoluto, llegamos a casa de Jesús para darnos una ducha y platicar un poco hasta que Gabi y Elena se presentaron para organizar y cocinar un asado al estilo de Monterrey del cual es famoso. Aunque había una sorpresa más de la que yo me encargaba y era preparar uno de mis famosos gazpachos, junto a sangría que Gabi quería tomar.
Para tener todo listo y que fuera un éxito, tal y como fue, tuvimos que ir al supermercado a comprar. Después ya preparé el gazpacho y Gabi la sangría, que quedó rica, rica.
Después ya llegaron Talia y su novio Abraham, un experto asador de carne y que agarró la batuta del asadero al momento. Unas chelas, un poco de música y el garaje de Jesús fueron suficientes para darle el ambiente adecuado a México Monterrey.
Aunque estaba invitada más gente, sólo Ray se presentó para sumarse a los que ya éramos. Los suficientes para la diversión y la comilona. Después pasamos a disfrutar, mientras la música sonaba hasta la medianoche, hora que ya recogimos todo y Jesús cantaba unas canciones tras Talia muy chidas.
Una noche con madre o padrísima, como dicen aquí, para expresar una noche magnífica y ya no dispersamos volviendo a casa después de ese fantástico asado y gazpacho, bien equilibrados.
Etiqueta: La vuelta al mundo
16 / 04 / 16