Trayecto: Leon - Somotillo (frontera Nicaragua Honduras)
Distancia recorrida: 108 km
Tiempo circulando: 7:10 horas
Velocidad media: 15 km/h
Tiempo: Sol (temporada seca)
Con los balones aún en mi poder y pendiente de regalárselo a los niños me levanté de la cama para organizar mis cosas, desayunar y volver al proyecto Tías, que unos días atrás había ido encontrando el lugar cerrado. J junto a Molly, que deseaba ir a toda costa, nos acercamos hasta allí. Esta vez estaba abierto aunque vacío de niños que tenían vacaciones y no iban en esas fechas, con lo que dejé un par de balones y con el tercero me llegué en la bici hacia Honduras.
Recogí las cosas deprisa por la hora tardía que era, me despedí de Molly y del hostal-albergue en el que tan cómodo me había hecho sentir estos días y con la bici bajo el sol me largué de León.
Un viaje llano sin demasiada complicación despidiéndome poco a poco de Nicaragua y de sus numerosos y bellos volcanes. También me despedí de su gastronomía con un taco de piña con pollo barato y rico que, debido a la necesidad de correr, no disfruté demasiado.
Poco a poco atardecía y no encontraba ningún poblado ni lugar seguro para descansar. Aunque tenía la idea de llegar a Somotillo, porque me habían dicho que era un lugar, más o menos seguro, me quedaban unos 10 kilómetros en el momento que la noche se posó en la carretera. Como no veía nada pregunté a un motorista que andaba orinando en la carretera y este asustado por mi presencia tuvo un acto reflejo de defensa intentando meterse la pija rápidamente en los pantalones. Una situación cómica que se resolvió cuando me vio la cara de gringo que tenía y la bicicleta de viaje que llevaba a cuestas. Después de eso ya me quiso llevar hasta un auto hotel que tenía un amigo suyo para que acampara, seguro en su terreno.
Aunque al principio costó convencer a su amigo este accedió cuando le di 2 $ de los 6 que me pedía. Una negociación complicada a altas horas de la noche en la que por fin me dejaron el último espacio para que pudiera colocar mi tienda. Algunos coches con jovencitas iban entrando y saliendo. Aunque la experiencia era nueva para mí, me puse a preparar los espaguetis en el fogón como si fuera lo más normal. A pesar del gas que se me terminó y sin remedio pedí un hornillo en el hostal, con el que finalmente me hice amiguete y con el que compartimos historias y algunas risas antes de acostarme tranquilo y con los deberes hechos, tal como un niño en la escuela.
Etiqueta: La vuelta al mundo
28 / 12 / 15