Tiempo: Sol y nubes
Justo a las 6 de la mañana me despertaba para estar listo e ir a colaborar junto a Sor María de los Ángeles al centro de día que ella había construido con sus propias manos en Puyo.
Los ancianos tenían un lugar donde poder recrearse y las familias donde dejar a los abuelos. Muchos de ellos no se acordaban ni de haberme saludado pocas horas antes. En el centro de día ayudé con unos trabajos manuales, colocando unas cortinas, dada mi altura y ayudando a repartir la comida a la hora del almuerzo.
Todo ello junto a las trabajadoras sociales y una voluntaria alemana que también era su primer día. Fue una experiencia nueva ya que, normalmente mis voluntariados, habían sido con niños. Pero me gustaba estar allí porque al final la experiencia que tienen ellos es algo impagable y sus historias y conocimientos del país son ricos y abundantes.
Para comer tuvimos sopa de quinua y arroz con ensalada. Todo con bebida de té para bajar esos fantásticos y nutritivos alimentos.
Por la tarde me aburrí un poco más ya que los abuelos se iban marchando y nos quedamos solos con uno que, su mala memoria, nos reclamaba cada 10 minutos, teniendo que explicarle de donde venia y, justo después, el me respondía que él estuvo en Madrid viviendo.
Después fuimos con el 4x4 de María de los Ángeles a ver a una anciana en su casa que le habían operado unos días atrás. De ahí a comprar y para casa a descansar.
Antes de dormir aprovechamos para mandar un mensaje a Sor María, que aún no había llegado, por la radio. Hablamos sobre mi vuelta al mundo y mi viaje y en pocos minutos me nombraron por esa radio de Puyo en la que me desearon suerte.
Etiqueta: La vuelta al mundo
14 / 09 / 15