Tiempo: Nublado y triste
Hace ya casi 40 años sucedía uno de los golpes de estado más sonados de la historia de la humanidad cuando un loco llamado Pol Pot y su partido político llamado Jemeres Rojos tomaron el poder el 17 de abril de 1975 hasta el enero del 1979.
En ese tiempo el país se sumió en lo más profundo de la violencia y la tristeza. Mataban personas a destajo llegando hasta 2.300.000 víctimas contabilizadas hasta el día de hoy.
Para conocer de cerca toda esta historia, Gwynne, Jessika, unas nuevas amistades que conocí mientras desayunaba en el Hostel y yo, cogimos un tuc tuc para hacer un tour rápido por los alrededores de la ciudad y visitar lo mejor y más interesante de Phenom Penh.
Aviso que todo lo que voy a contar en esta crónica es durísimo y puede afectar a quien lo lea:
Como he dicho anteriormente, en abril de 1975 el partido democrático de Camboya, dio fin a dos mil años de historia para empezar una nueva era llamada año cero. Por ello todo tal y como era Camboya debía desaparecer como: la educación, cultura , la moneda, la sanidad, la vestimenta de aquel entonces y la familia, entre otras barbaridades.
Camboya, después de las secuelas de su vecino Vietnam una vez finalizada la guerra, estaba deteriorada y con hambruna por eso la gente se fue a la ciudad a probar suerte.
Pol Pot, quiso que el campo volviera a ser importante y lo primero que hizo fue eliminar a la gente de los núcleos de población, a los que consideraba el enemigo. Engañó a la gente diciendo que protegía a la población de posibles ataques aéreos de los americanos. Esa gente nunca más volvería a sus casas obligados a trabajar en el campo. Por ello se les llamó: gente del 17 de abril.
La aniquilación fue bestial y por cualquier cosa como: saber un idioma extranjero, tener estudios o llevar gafas los mataban en los campos de exterminio. Pol Pot esgrimía un eslogan que decía: para evitar las venganzas de los familiares de los que mataban, debían exterminar a toda la familia y eso es lo que hacían.
En el campo de concentración que visité llamado: The Killing Fields se hallaron los cadáveres de 8000 personas. Mientras paseas por la zona, una torre conmemorativa con centenares de cráneos encontrados en el lugar, recuerda lo que nunca más debe ocurrir en Camboya. Con unos auriculares te van explicando la historia de lo sucedido. Los hombres llegaban en autobuses engañados diciéndoles que regresaban a sus casas. Una vez allí los encerraban en cabañas. Por la noche encendían los altavoces con ensordecedoras canciones revolucionarias para ahogar los gritos de los asesinatos. Los mataban con cualquier cosa barata para no hacer gasto como: cañas de bambú o herramientas de agricultura. Cualquier cosa era buena para golpear a la persona incluso, plantas con forma de sierra, para cortar los cuellos y dejar sin voz a los asesinados para no llamar la atención.
Hay un árbol que te deja impresionado: contra él aplastaban las cabezas de los bebés hasta reventárselas. Ahora está lleno de ofrendas y multitud de pulseras lo recubren como recordatorio.
Lo peor es que la ONU apoyó y dio dinero a los locos del peor genocidio de la historia. Pol Pot, incluso, murió de viejo a los 82 años con sus nietos y nadie lo juzgó, al igual que sus camaradas, que siguen vivos.
Después de eso visitamos la prisión. Antes de la guerra era una escuela llamada 21. En este lugar torturaron a más de 7000 camboyanos y algún extranjero. Se dice que, de estos 7000, sólo salieron vivos 5. En este museo las celdas, anteriormente aulas, se mantienen tal y como quedaron, con las manchas de sangre en las paredes, techos y suelo. También las fotos de todos y cada uno de los prisioneros antes de la tortura, durante la tortura y después de muertos. Realmente es durísimo verlo, pero interesante.
Luego y, para quitar un poco de tristeza, el tuc tuc nos llevó hasta el palacio real Pnom pen, declarado capital del imperio Khmer, unos años después de Angkor Wat. Antigua y preciosa ciudad cuya visita se hace imprescindible.
Después de eso y, con el atardecer a la vista, volvimos al hostal y de ahí me fui a cenar a un restaurante callejero donde me sirvieron arroz con sopa riquísima por un dólar. Es curioso; pero en Camboya, la moneda más usada es el dólar que ya hablaré otro día de esto. Hoy estoy muy cansado me voy a dormir, a continuación de ver el partido del barça en directo.
La vuelta al mundo en bicicleta por Jordi Romo
Etiqueta: La vuelta al mundo
18 / 10 / 14