Distancia recorrida: 20 km
Tiempo: Sol y lo de siempre
Recién levantado me dirigí a desayunar cuando... Sorpresa... Al final de la escalera estaban Adam y Ben. Nos dimos un fuerte abrazo y hablamos un rato antes de desayunar. Con Adam quedamos para salir a rodar con la bicicleta alrededor de Nha Trang a las pagodas y templos.
El desayuno del hostal era divertido; ya que podías elegir entre tostadas, noodles o fruta con kéfir. Elegí unos energéticos noodles para empezar bien el día. En el mismo desayuno conocí a Lili, una chica Argentina que estaba de viaje por Europa y Asia durante 6 meses. Hicimos buenas migas y de ahí se unió a la bicicletada conmigo y Adam.
Como era normal ellos alquilaron las bicis y salimos del hostal hacia la catedral. Una catedral construida por los franceses durante la colonización. No tenía mucho encanto comparado con otras iglesias que he visto en mi vida; pero al estar en un país, más bien budista, es interesante ver lo que mueve la religión.
De ahí seguimos hasta el templo donde, nada más entrar, vimos el gran buda sentado en lo alto del monte. Antes estaba el templo, un buda reposando y una gran campana. Era curioso como, algo gratuito como ese templo, los vietnamitas querían sacar pasta en forma de donaciones inventándose historias y haciéndose pasar por monjes.
Una vez arriba en el Gran Buda las fotografías salían a montones y no era para menos ya que era fotogènico y un lugar poco turístico como para sacar fotos preciosas junto a mis amigos.
Alrededor del buda, una estampa religiosa, se formaban grupos con niños que jugaban a cartas o al pilla pilla. Algo impensable para nosotros.
De vuelta a las bicis continuamos hacia el templo, pasando por un puente, desdel cual se veían el delta con miles de barcos flotando en él. En el templo había grandes tubos para transportar el agua. Nada más decir que me impactó ver tal aberración de tubos en un paisaje sublime como ese.
En el templo pudimos observar la arquitectura típica de la región de Vietnam, Camboya y Tailandia. Un estilo que me recuerda al maya. Entre templecitos pequeños, con detalles, que te hacían perder los ojos. El ambiente que se formaba alrededor era muy extraño, ya que se entremezclaba el turismo ruso, disfrazados de monjes y los Vietnamitas que iban a rezar. Me pareció bonito, pero interesante, siendo este mi primer contacto con esta arquitectura.
Con hambre y los deberes cumplidos nos fuimos a comer “com” (típico arroz con algo encima) por un precio de 15000 donks. Baratísimo y rico...
Luego dimos una vuelta por la ciudad y dejamos las bicis en el hostal para dirigirnos a la playa donde, Jenny... Si, Jenny, la amiga que conocimos en Hoi An, vino para tomar el sol con nosotros.
Olas de metro y medio, agua turquesa, palmeras y la ciudad de Nha Tranh era nuestro privilegiado entorno. Nos bañamos y charlamos durante horas hasta que el sol se puso tras los edificios que el turismo ruso está creando.
Por la noche y, después de una ducha, quedamos todos juntos para cenar en un restaurante (cuatro sillas y una cocina en medio de la calle) y tomar algo para ver la noche en la playa de Nha Trang. Muy festiva y con música por todos lados.
La vuelta al mundo en bicicleta por Jordi Romo
Etiqueta: La vuelta al mundo
11 / 10 / 14