Trayecto: Ouronopoli - Kavala Distancia recorrida: 153 km Tiempo circulando: 7:51horas Media: 17 km/h Tiempo: Nubes
Muchos kilómetros he podido recorrer en el día de ayer. La despedida de Oronopoli y la llegada hasta Kavala no ha tenido mucha historia, más que los kilómetros recorridos y alguna buena vista. También algún pueblo con nombres graciosos como Eleftheroupoli o Platonotopo.
Lo malo ha sido la despedida de Oronopoli, lugar que recordaré con cariño por ser el antes y el después de mi visita a Athos. También la despedidas de los abuelos que me han acomodado en su casa por 10 euros. Una habitación tranquila con todas las comodidades necesarias y su simpatía.
Lo bueno ha sido que, después de todo el día en la bicicleta para llegar hasta Kavala, he podido dormir caliente en casa de la abuela de Giorgio y Dimitra, unos chicos que conoció Julio en su estancia en Kavala y que gracias a su hospitalidad y a la de su familia he conseguido este lujo. Además, el hecho de conocer muy buena gente, siempre es atractiva.
Aunque no ha sido fácil conseguir este magnífico lugar, ya que han tenido que mover cielo y tierra para conseguirlo. Por mi parte he tenido que esperar en la zona de embarque de Kavala para que me recogieran. Por cierto, la ciudad de Kavala, me ha parecido preciosa, con su acueducto y su castillo en la cumbre de un monte, le dan un atractivo especial. Es una ciudad nada recomendable para las bicicletas; ya que está llena de pendientes empinadas y de calles empedradas. También me ha impactado la humedad, ya que todo el tiempo la cámara me quedaba llena de vaho y la tenía que secar.
Luego, mi llegada a la casa de Giorgios y su familia, ha sido mejor y me he podido relajar un poquito. He conocido a los hijos de la hermana mayor. Unos encantos que no entendían ni una palabra de lo que decía y a su padre, Basilis. Para cenar, su madre, ha preparado pizza que estaba tremenda y pastel por el 33 cumpleaños de Giorgios. Por cierto que estaba rico, rico.
Para rematar la noche he ido a casa de la abuela. Allí he podido conocer toda la familia. Han sido tremendamente simpáticos y amables. Allí me han preparado la habitación y prontito, por lo reventado que estaba, me he ido a dormir.