Ciudad visitada: Venecia Distancia recorrida: 0 km Tiempo: Sol y nubes
Nunca habría pensado que una ciudad como Venecia me gustaría tanto; pero es que su alto contenido en arte y cultura es algo espectacular. No hay una sola calle que a uno no le apetezca investigar, por muy solitaria y estrecha que sea, siempre tienes la sensación de que a la vuelta de la esquina descubrirás algo nuevo: una hermosa plaza donde descansar, como Santa Margarita, un nuevo monumento, como la iglesia de Sant Pol, o mil tiendas con máscaras de carnaval, cada cual más original. También puedes encontrar obras de arte o rincones con un valor histórico incalculable.
Como podéis apreciar por mis primeras palabras, he estado disfrutando de las laberínticas calles de Venecia. Ya lo había hecho durante estos días; pero esta vez a plena luz y con muy buen tiempo.
He visitado de nuevo la plaza San Marco. Esta vez, además de visitar los monumentos más característicos de la plaza, he tenido que encontrar al presidente de las góndolas, un tal Aldo. Os preguntaréis para que quería yo hablar con tal personaje... pues muy sencillo, para pedirle permiso para poder realizar mi sueño de dar toques a un balón encima de una góndola.
Primero he hablado con los con gondoleros y me han remitido al presidente que, además, no estaba por la zona. Pero después de insistir un buen rato, hicieron la vista gorda y... sueño conseguido. No ha sido todo un espectáculo ya que no he logrado encadenar muchos toques seguidos, incluyendo un balón al agua; pero daba igual, después de mi insistencia, había conseguido el objetivo que me había marcado.
Con el reto ya superado me he dedicado a deambular por Venecia sin rumbo fijo. He vuelto a visitar plazas y monumentos. Entre ellos, alguno nuevo cuyo nombre no recuerdo.
He comido spaghetti a la nero de sipia en la plaza Margarita y he realizado otro pequeño reto: me he bañado en uno de los hermosos canales de Venecia y ya van 3 países, en los cuales, he consigo empaparme entre sus aguas, como fueron: el Cap d'Agde, en Francia, el lago Lemans de Ginebra en Suiza y este de ItaIia.
Por último, me he despedido de Venecia paseando de noche por sus calles. Como mañana es domingo me da la sensación de que, el fin de semana y su especial diversión, están a punto de terminar.
Venecia me ha enamorado. Ha dejado en mi corazón una marca que durará toda la vida y sólo me consuela la idea de que me quedan por delante mil paraísos más por conocer.